dónde se queda

Un mensaje borrado es más elocuente que uno enviado. Contiene todo lo que tú desees y lo contrario. Un sinfín de posibilidades. Y lo contrario. Es poesía pura, entre la imposibilidad de decir algo y de decir lo imposible. Es dejar la constancia de no haber dicho nada. O de haber preferido retener las palabras. Devolverte el mensaje a ti mismo. Qué se hace con lo no dicho y dónde se queda esto que ya no es de nadie. Elogiemos las palabras borradas, el no decir.

Kati Lacey